viernes, 3 de enero de 2014

LOS BASTARDOS HERMANOS CASTRO RUZ: LA REVANCHA DE WEYLER
(1-3-14-2:00PM)
Por Gabriel Astengo
Los tiranos entreguistas y totalitarios, quienes llevan casi 55 años oprimiendo al pueblo cubano, son hijos de Angel Castro Argís, natural de Galicia y quien llegara a Cuba como soldado regular de las tropas del genocida general español, Valeriano Weyler, de tristísima recordación para los cubanos.
Este miserable integrista gallego, vino a nuestro país a asesinar patriotas independentistas, participando como riflero en la columna del coronel Cirujeda, la misma que diera muerte al Titán de Bronce, Antonio Maceo. Sin embargo nuestra república fue tan generosa en la victoria con esta clase de tipejos, que al finalizar la gesta libertaria les permitió quedarse en la isla y hasta hacer negocios en ella.
Al poco tiempo, Castro Argís, se convirtió en latifundista, robando tierras y ganado en la zona de Birán, Mayarí Arriba. Su trato cruel contra jornaleros haitianos y campesinos pobres del área, están mas que documentados. Allí le nacieron sus hijos bastardos Fidel y Raúl Castro Ruz.
Por aquellos tiempos, el viejo Castro, hizo gran amistad con el más tarde dictador Fulgencio Batista. Los unía la complicidad en la corrupción y en los crímenes. 
Tras el fallido asalto al Cuartel Moncada, Batista salvó la vida de los hijos de su viejo compinche de marrullerías. Esa suerte no la corrieron el resto de los jóvenes idealistas, embarcados por su hijo Fidel en aquella desquiciada aventura, que caso de haber triunfado, no hacía peligrar al gobierno de Batista, pero si catapultar publicitariamente al futuro dictador en su inmenso afán de connotación politica.
Tal parece que los engendros diabólicos del esbirro gallego, son la revancha de Valeriano Weyler, su antiguo jefe, en contra de la fundación y permanencia de nuestra república. 
Concluyendo, sin duda alguna, que el problema psicológico de ambos personajes es de origen genético, ya que vinieron torcidos desde la raíz paterna. Prueba de ello es su "copia al carbón" de la Reconcentración Campesina, ordenada por Weyler y su odio enfermizo contra Cuba y los cubanos.